El vino es mucho más que un sabroso caldo frente al que relajarnos después de una larga jornada, un reconstituyente acompañamiento a nuestros platos favoritos o una excusa más para compartir una tarde entre amigos. Además de todo eso, el vino puede ser la mejor terapia para mejorar tu salud.

Después de leer esto, no volverás a sentirte juzgado si piensas que estás tomando una copita a deshoras, porque en el fondo sabrás que lo estás haciendo para llevar una vida más sana.

El vino viene de la uva y, como todos sabemos, la uva ya es una fruta muy saludable. Es por eso que muchos profesionales, conscientes de los beneficios de la uva, utilizan desde hace tiempo sus derivados para distintos fines terapéuticos.

La idea del vino como terapia ya viene de lejos. En época de los romanos, las mujeres, sabedoras de las magníficas propiedades de la uva para la piel, ya fabricaban sus propias cremas a base del fruto de la vid triturado que utilizaban como mascarilla.

¡Y no sólo ellas! Civilizaciones milenarias como los egipcios, chinos y sumerios, entre otras, usaron el vino como desinfectante, digestivo y somnífero.

La vinoterapia, tal y como la conocemos hoy, ha evolucionado mucho desde entonces. Existen muchos tratamientos con vino que van más allá de disfrutar de una buena copa de este manjar, algo que ya de por sí resulta muy cardiosaludable.

En Burdeos es donde comenzaron los tratamientos con vino a base de baños. La uva contiene resveratrol, un componente muy presente en los vinos. El resveratrol pertenece a la familia de los polifenoles, los cuales hidratan, tonifican y reafirman la piel, frenando el envejecimiento de la misma. Además, mejoran la circulación de la sangre.

Dentro de las terapias con vino, también se incluyen los masajes realizados a base de cremas de vino, ya que la uva, además de cuidar de nuestra piel, actúa como un relajante natural.

Pero además de los beneficios estéticos que aporta, el vino puede ser una buena terapia para mejorar tu salud si también lo bebes. Eso sí, siempre con moderación.

Son muchos los estudios realizados en torno a los beneficios que el vino aporta a nuestro organismo. Todos ellos se refieren a un consumo moderado y aseguran que beber una copa de vino, acompañado siempre de comida, aporta beneficios saludables. ¿Cuáles?:

  • Previene enfermedades cardiovasculares: diversos estudios aseguran que el vino es capaz de reducir el colesterol malo y de aumentar el bueno.
  • El vino es un vaso dilatador que mejora la circulación sanguínea.
  • Una copa de vino diaria puede actuar como neuroprotector debido al resveratrol que contiene, previniendo de esta forma la aparición de enfermedades como el Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia.
  • Beber una copa de vino durante la comida favorece que descienda la presión arterial, algo que puede ayudar a las personas con hipertensión a controlar este problema.

A todo esto, no podemos olvidar los beneficiosos del vino para tu estabilidad emocional. Sólo hay que pensar llegar a casa después de una larga (y estresante) jornada de trabajo, descalzarse, servir una copa de un buen reserva y tomarla con tranquilidad sentado en el sofá. ¿Puede haber algún método más efectivo para restablecer tu paz interior y guardar la armonía con el mundo?

Sin duda, con todos los datos aportados, no podemos negar los beneficios de una buena copa de vino, así que incluye una copa diaria en tu dieta y ¡salud!

 

 

Vía en Boca de vinos