Limitarnos en dogmas heredados como la supuesta alianza entre tintos y carnes o pescados y blancos es un error, según el experto Fernando Gurucharri, porque no hay más reglas que las encaminadas a buscar el placer: «normalmente el tinto mata el sabor de un pescado, pero si disfrutas de ese vino será la mejor opción para ti».

Regalar un vino es tan arriesgado como regalar un perfume, es muy personal. Por eso la única regla infalible si se opta por llevar un vino como detalle a una cena es preguntar primero al anfitrión y buscar el maridaje más apropiado. Esta solución, la más práctica, no suele ser viable porque quienes invitan se negarán da dar esa información, un truco para salir airoso es optar, bien por un espumoso para compaginar con un aperitivo o una sobremesa, bien por un vino dulce que acompañe a los postres.

Escoger un tinto, un blanco o un espumoso debe tener un componente personal, ya que se trata de una bebida para compartir. Fernando Gurucharri da una serie de recomendaciones para elegir correctamente un vino para cada ocasión.

El primer vino

Un momento muy apropiado para regalar vino por primera vez es, por ejemplo, la llegada a la universidad, la mayoría edad o el primer trabajo. Acompañará al primer cambio de ciclo en la vida de la persona.

Según el experto, el vino debe ser joven, alegre, vivaz, fresco y espontáneo. Los aromas deben ser marcados, frutosos, florales o herbáceos y con una crianza respetuosa con el vino. El destinatario se va a identificar mucho con él porque tiene características aromáticas que no tienen mucha complejidad, entonces las va a identificar y eso lo va a animar a disfrutar de la botella.

Si a un joven se le lleva un vino muy poderoso ni lo va a entender, ni lo va a disfrutar.

La familia de tu pareja

Lo mejor es preguntar lo que les gusta y, si no conseguimos esa información, lo mejor es optar por algo que puedan identificar con facilidad, el vino debe ser de referencia.Lo ideal es que se trate de un vino muy bueno y muy raro para que tener la oportunidad de sorprender. La elección no consistiría en intentar impresionarlos, sino en adaptar nuestro conocimiento al del desconocido para poder acercarse a él. Compartir algo que les guste para que les llegue, así se sentirán felices, notarán la intención de agradar, lo valorarán y estarán más predispuestos a aceptarte.

Para los «hipsters»

Sin duda, un vino de una zona emergente. La botella debe ser nueva, bonita. Atractiva, aunque no necesariamente estrafalaria. Al «hipster» tenemos que descubrirle algo que no va a ver todos los días y que es difícil que haya conocido ya. Debemos estar atentos para ir un paso por delante y, a la vez, satisfacer sus ansias de exclusividad.

En verano

Para acompañar a las altas temperaturas y el sofoco del verano elegiré un espumoso o un blanco, un tipo de vino con buena acidez.

Para lograr un maridaje apropiado, el criterio debería ceñirse a todos los elementos que consiguen el plato, ya que en ocasiones «tiene mucho más en común, por ejemplo, un plato de callos con un bacalao que con un entrecot, tanto por su forma como por su textura gelatinosa». Por eso todo lo que rodea a la cocina va a condicionar la elección del vino.

Vía SUMUM