¿Cómo envejecería el vino en el espacio exterior? Una startup francesa está a punto de averiguarlo. Se cree que es la primera vez que una parte del proceso de la producción vinícola se realiza en el cosmos; es más, nadie parece tener registros de algún vino que haya salido de la atmósfera de la Tierra en el pasado (al menos no oficialmente). Una docena de botellas fueron enviadas a la Estación Espacial Internacional el pasado 2 de noviembre, y la comunidad científica está entusiasmada por conocer el resultado del experimento.
El objetivo es determinar si el proceso de envejecimiento (en este caso, del vino) es diferente en el espacio que en la Tierra. Por ello, el líquido ha sido envasado y transportado en botellas idénticas a las que encontramos en las bodegas y supermercados.
La compañía encargada del experimento es Space Cargo Unlimited, que ha conseguido el patrocinio de algunos millonarios que quieren hacerse con las primeras botellas de vino envejecido en el espacio, que –más allá de la anécdota– ayudará a comprender cómo evolucionan líquidos complejos fuera del planeta.
Cuando la bebida regrese a la Tierra, será analizada en la Universidad de Burdeos, cuyo instituto de investigación ha aportado asesores científicos a la misión de Space Cargo Unlimited. El profesor Philippe Darriet, máximo asesor de la operación, ha comentado –en declaraciones recogidas por Quartz– que trabajan con la hipótesis de que «mantener estas muestras durante un tiempo en la Estación Espacial Internacional» en un contexto de «microgravedad y microradiación» podría «afectar estas bacterias y presumiblemente tener un impacto positivo» en el producto final.
¿Para qué envejecer vino en el espacio?
En 2011, cuando una compañía escocesa envió un whiskey a la estación para realizar un experimento similar, los resultados indicaron que, después de dos años en el espacio, las botellas parecían haber envejecido un lustro en color y sabor.
El propósito de estos experimentos no se limita al factor exótico de los mismos, sino que previsiblemente puede ayudar a los científicos a entender mejor cómo varían los procesos biológicos fuera de la Tierra, algo que también ya se hace con ciertas medicinas y otros compuestos.
También es relevante porque en las futuras misiones espaciales de larga duración habrá que almacenar alimentos y medicamentos, y será útil determinar si hay alteraciones en el valor nutritivo, en el tiempo de caducidad, en el sabor de los alimentos y en la efectividad de los medicamentos.
Como ha explicado la NASA, «los resultados de la investigación pueden mejorar el conocimiento sobre cómo los compuestos alimenticios cambian con el tiempo», porque «las comparaciones entre las muestras de la Tierra y el espacio permiten la caracterización de diferencias físicas, químicas y organolépticas».
Space Cargo Unlimited planea realizar más experimentos en cohetes de empresas como Spacex y Blue Origin, pero este envío de botellas de vino se realizó en una nave de la empresa Northrop Grumman. La NASA aprobó la misión, pero no fue fácil: «¿Qué haces si se rompen las botellas?», comentó Jeffrey Manber, CEO de Nanoracks, empresa contratada para realizar una carga experimental para este proyecto. «Teníamos que demostrar que sería seguro. Fue un proyecto muy difícil», añadió Manber.
Fuente – https://www.economiadigital.es/
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