La degustación del vino ha sido llevaba a cabo a lo largo de la historia, ya que implica un placer para el gusto de las personas, puesto que sus componentes se tienen que disfrutar y catar de una forma adecuada, sin embargo, no hay que olvidar la importancia de las copas, cada una está diseñada para mejorar el consumo.

Por otra parte, la copa debe de ser de cristal o vidrio fino, trata de evadir el vidrio grueso (vasos), el plástico y metal. Dentro de estos aspectos mencionados hay que eludir las copas que contengan: serigrafía y esmerilada, tiene que ser totalmente transparente para poder observar el color del licor.

Este instrumento no solo es para servir el vino, sino que ayuda a la valoración del mismo, gracias a la función que ejerce en su tipología, las copas se han diseñado para apreciar los sabores, están fabricadas para retener o no el aroma.

Para los vinos tintos es recomendable utilizar las copas amplias y redondas, debido a que intensifican los aromas y facilita la oxigenación. Los vinos blancos es aconsejable usar copas más pequeñas, ya que estos vinos son ricos en acidez y ligeros en cuerpo, una copa en forma de tulipa es la adecuada para favorecer y prolongar la frescura.

No obstante, para los vinos blancos de alta calidad que han habituado un afinamiento en un depósito de madera, se pueden servir en una copa amplia como la del vino tinto, esto mejorará y beneficiará las sensaciones de la bebida.

Por otro lado, la tradicional copa llamada flauta funciona para los vinos de calidad espumosos secos, este contenedor proporciona una vista óptima y adecuada, donde se puede apreciar y degustar las propiedades del mismo.

Con información de: https://www.vinetur.com/2016011822407/la-copa-correcta-para-cada-tipo-de-vino.html